Quien nos iba a decir que cuando nuestro proyecto se hiciera realidad íbamos a hacerlo en medio de una pandemia… La verdad es que mi marido y yo teníamos muchas ganas de emprender, de tener algo nuestro, un sueño propio, hace más de 2 años comenzaron a asomar las primeras ideas….
En medio de esa búsqueda, mi memoria viajó a mi niñez, sospecho que la ilusión con la que estábamos ideando toda esta aventura resucitó recuerdos de mi infancia, será eso que dicen de que los niños tienen esa ilusión permanente que siempre les acompaña, ¡esa ilusión volvió a mí!
En uno de esos recuerdos, reviví cuando mi madre me decía “Mari Pili, bájame a la tienda a comprar cuarto y mitad de harina” o “tráeme un cuartillo de leche” y en mí se encendió un claro deseo, la idea, lo que derivó en lo que hoy es LEDICIAS A GRANEL, nuestro proyecto más personal.
Queríamos que vosotros, los consumidores, pudierais encontrar una gran oferta de productos a granel, ecológicos, veganos, sin gluten y vegetarianos, incluso una gama de productos delicatessen para todas esa personas incondicionales del gourmet.
Decidimos que fuera un proyecto responsable con el entorno, que comprando en nuestro establecimiento no se generasen residuos, además el granel es más sano que la comida envasada, ¡y más económico! Ya que sólo tienes que comprar lo que realmente necesitas y reducirás el desperdicio alimentario en casa. Contribuirás al cuidado del medio ambiente desde el compromiso personal ya que es un método realmente eficiente para reducir la contaminación por plástico, rebajarás enormemente la cantidad de residuos que produces.
En nuestra tienda encontrarás una gran variedad de productos que te ayudarán a alimentarte de una forma más saludable, por supuesto activarás nuestro barrio y ¡estarás posicionándote en el mundo que quieres!
Me encanta la cercanía con la gente, poder intercambiar esos “buenos días” y al despedirnos que lo hagáis con un “mañana paso a por la leche”. Que de paso que acompañáis a vuestros niños y niñas al colegio me dejéis un bote de cristal para reciclar o un cartón vacío para llenar con huevos, y esos dibujos que me dejan al salir de clase, me hacen tan feliz…
Creo que haberse cruzado en mi cabeza ese recuerdo de niña comprando, nos ha ayudado a tomar una gran decisión… porque las tiendas como las de antes nos hacen respirar, saber que no tenemos porque ser eternos desconocidos, generar un ambiente más feliz, y de alguna manera tejemos entre todos una red en la que ayudamos a oficios tradicionales.
Gracias por elejirnos como vuestro pequeño comercio ☺️
Pilar